Inclusión en las aulas universitarias
Actualmente las políticas de educación en México facilitan el ingreso de personas con alguna discapacidad cognitiva o física a cualquier centro educativo de su elección de acuerdo al nivel de estudios. Aunque esto representa un avance en materia de inclusión, no deja de ser un reto para el cuerpo docente. Es evidente que debe estar capacitado no solo en técnicas pedagógicas apropiadas según la capacidad y habilidad de este alumnado, sino en cómo identificarlo -por ejemplo, en los casos de Trastorno de Espectro Autista (TEA)-, abordarlo e integrarlo al grupo.
Otro reto, no menor, en el tema de inclusión en las aulas universitarias es el lenguaje inclusivo. Sobre ello platicó la maestra Cristian Gabriela Gallego Real, licenciada en Docencia del Idioma Inglés, quien tiene una maestría en Docencia y labora como técnico académico en la Facultad de Idiomas del Campus Mexicali de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
Comentó que, aunque se cuenta con algunas guías de lenguaje inclusivo a nivel nacional e internacional, y que la propia UABC tiene una, “son pocos los estudios desde la ciencia, no de los movimientos sociales (…) y debemos ver si desde nuestros discursos tenemos que empezar a manejar estos mecanismos y esos desdoblamientos. Se empiezan a ver estos pequeños cambios, sin embargo, no están tan presentes como sería la inclusión educativa”, señaló al referirse a que de esta última se tiene mayor oferta de cursos o talleres para capacitar a docentes.
“Cada profesor lo hace desde sus trincheras y perspectiva. Aunque se tenga esta guía, hace falta sentarnos a analizar y ver qué tanto se puede aplicar, y qué factores negativos de tiempo o de traducción en otro idioma como el inglés puede haber”, enfatizó la maestra Gallego Real. En relación a esto mencionó que existe la intención de aportar una guía de lenguaje inclusivo en la lengua inglesa.
Añadió que mientras en el idioma español sí hay reglas muy claras con respecto a género en adjetivos o artículos, en inglés no. “Sin embargo, donde se está creando más esta libertad de lenguaje inclusivo es en inglés, y en español estamos un poco más reacios en México, aunque en España van un poco más avanzados”.
Abordarlo desde lo profesional como docente o traductor también puede ser complicado. “Yo como traductor o como docente qué voy a enseñar”. Además, dijo que debe diferenciarse entre lenguaje inclusivo con perspectiva de género y el lenguaje no binario. “Este último es el que trae el mecanismo de la x, de la arroba (@), de la “e” al final de la palabra (…) visibilizar es el punto del lenguaje inclusivo, y visibilizar casi siempre desde el lado de la mujer. En cuanto al lenguaje no binario, ahí es generalizar, como “doctore”, y si alguien no se considera no binario, no se considerará incluido (…) cuando el discurso es oral también es complicado, por ejemplo, ¿cómo se pronuncia la x?, o qué cambios hacer, ¿los adjetivos también se modificarían? Es todo un reto”.
La maestra Gabriela Gallego, doctorante del programa de Ciencias del Lenguaje en la Facultad de Idiomas, realiza una aproximación al tema a través de su tesis “Diseminación del lenguaje inclusivo con perspectiva de género en lenguaje ordinario”. Explicó que si bien está próxima a presentarla, ya ha difundido algunos artículos donde ha expuesto tanto la metodología utilizada como algunos resultados preliminares.
Contó que analizó los corpus del habla de diferentes partes del país, como de la ciudad de México, Monterrey y Baja California. “Incluso en twitter -ahora X-, cree mi propio corpus donde lo que hice fue introducir estos términos que se nos recomendaban a través de guías, como la guía de UABC y otros manuales que orientan o aconsejan utilizar ciertos mecanismos. Mi interés era conocer si realmente la población que no está dentro de puestos que tienen que ver con esto de lo políticamente correcto lo utilizan, y me di cuenta que no”.
“Me llamó la atención que dentro de los manuales, una de las palabras que no es incluyente es el término señorita. Y en México, a una persona que no le dices señorita, puede resultarle ofensivo; es una marca de respeto que la mayoría de mujeres no asocia con la castidad o pureza, sino con la edad (…) en la investigación descubrimos que sí les gusta que les digan señorita”.
Consejos para fomentar un ambiente educativo seguro y de respeto
Ante la duda de cómo dirigirnos a alguien, se recomienda preguntar, porque puede haber casos en los que una persona desee ser llamada con un nombre o pronombre diferente. “Independientemente de nuestra propia ideología, de si estamos en favor o en contra, es nuestra responsabilidad como docentes hacer sentir al alumno(a) parte de la clase y en un espacio seguro; que no se sienta violentado”.
“Preguntar: ¿me refiero a ti como él o ella?, incluso habrá muchos que dirán: -como Ud. quiera. “Sí como docente me cuesta decirle con pronombre, pues le digo por el nombre que desee la persona”.
En cuanto a ejemplos que se manejen como parte de las exposiciones en clases, los docentes deben tener el cuidado de explicar cuando estos tienen que ver con un contexto histórico, social, por ejemplo, decir: “-van a escuchar palabras que posiblemente consideren ofensivas, recuerden que estamos hablando de una lengua, un contexto social…, porque a veces hay que usar ejemplos que antes se usaban”.
En cuanto a inclusión educativa, si hay alumnado con TEA, a quienes les alteren los sonidos fuertes, la maestra sugirió implementar estrategias como permitir el uso de audífonos. Habrá a quienes se les dificulte más seguir las instrucciones orales y requieran apoyo visual. Si esa es la situación, propuso que las instrucciones se enumeren y que sean visibles.
Además, señaló que algunas personas con TEA pudieran atrasarse en ejercicios en clase o bien terminar antes de tiempo porque el nivel de autismo y cognición es muy diferente. En esos casos recomendó ser flexible, e incluso permitir colorear si es algo que le gusta y da tranquilidad al alumno(a). “Evitar llamarles la atención de que no hagan tal o cual cosa”.
Promoción de una cultura incluyente
“Ambiente laboral diverso e incluyente”; “Derechos humanos, no discriminación y lenguaje incluyente”, y “Trato digno y no discriminación de los grupos en contexto de vulnerabilidad”, son algunas de las pláticas que en los últimos meses ha realizado la UABC a través del Departamento de Recursos Humanos de la Vicerrectoría Campus Mexicali. Con estas, busca promover entre el personal docente, administrativo y de servicios una cultura incluyente, proporcionar herramientas de comunicación y reducir prácticas discriminatorias que generan exclusión y desigualdad.
Asimismo, es importante destacar que la UABC cuenta, desde marzo del año en curso, con la Unidad de Género, Diversidad e Inclusión Educativa (UGDIE), que promueve acciones para asegurar el bienestar integral e igualdad de oportunidades entre las personas de la Universidad.